La decoración nórdica se ha impuesto como la gran tendencia decorativa de los últimos años y ha entrado en todas las habitaciones de las viviendas.
El estilo nórdico se hizo famoso en los años 50 y 60 de la mano de diseñadores como Poul Henningsen, Börge Mogensen, Hans J. Wegner y Arne Jacobsen entre otros.
Su objetivo es conseguir casas confortables y combatir la falta de luz natural y crear espacios acogedores durante los fríos inviernos escandinavos. Procede de Dinamarca, Noruega y Finlandia y se basa en el uso de elementos funcionales para amueblar la casa. El color blanco y las maderas claras son los elementos principales.
Los espacios limpios, ordenados y funcionales mandan, ya que la máxima del estilo nórdico es la funcionalidad. Al llenar la casa de amplitud, el estilo nórdico es perfecto para espacios pequeños.
Materiales y colores del estilo nórdico
La madera manda en este estilo decorativo. Muebles y suelos de tonalidades claras que aportan calidez. También se combina con otros materiales naturales como la piedra o la cerámica.
Los colores favoritos son el blanco y el gris claro, que junto a la madera ofrece la combinación perfecta gracias a las tonalidades neutras. Los complementos, los textiles y las lámparas aportan un toque de color para que no se vea un espacio uniforme. Son utilizados también los tonos naturales y pasteles como los colores tierra. Su gama de colores se complementa con el uso del gris perla, rosa pálido, azules claros y el beige.
Como en los países nórdicos los días son más cortos, se busca multiplicar la claridad prohibiendo las cortinas de telas tupidas. Los tonos oscuros en suelos, muebles y paredes tampoco son habituales.
Decoración funcional funcionales
Líneas rectas y depuradas con suaves curvas y líneas orgánicas, así son los muebles nórdicos. El objetivo es lograr un ambiente espacioso y diáfano, sin estridencias que rompan la armonía. Lo práctico gana a lo estético. Los muebles buscan aprovechar el espacio y equiparlo con objetos versátiles, bonitos y duraderos.
El algodón, la lana y el lino nunca faltan en una casa decorada al estilo nórdico, y es que lo natural se impone siempre.
La conexión con la naturaleza se completa integrando plantas de interior. Sumar naturaleza en la decoración nórdica permite crear ambientes llenos de color y vida. El ficus o la planta monstera son perfectas, ya que tienen una estructura alta, delgada y minimalista.
El estilo nórdico tiene debilidad por las ilustraciones, ya que aportan colores a la estancia. Cuadros grandes con fotografías en blanco y negro o colores neutros llenan las paredes escandinavas. Permiten hacer múltiples composiciones y crean un contraste de color sobre la pared blanca.
Si buscas una decoración que aporte orden, calidez y colores neutros, el estilo nórdico es el tuyo. Tu casa se llenará de líneas limpias, minimalismo y materiales naturales dando luminosidad y funcionalidad a las habitaciones de la casa sin sacrificar la belleza decorativa.
Además, al ser un estilo tan versátil, combina perfectamente con otros estilos como el rústico, clásico, minimalista, vintage o industrial.
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