Hoy vamos a hablar de la Inspección Técnica de los Edificios (ITE), que es la inspección por la que tiene que pasar todo edificio de viviendas con más de 45 años de antigüedad.
La ITE la realizará un técnico homologado como un arquitecto, arquitecto técnico, aparejador o un ingeniero de la edificación y sirve para determinar el estado de la finca y orientar a los propietarios en las actuaciones a realizar para cumplir con su deber de conservación y mantenimiento del edificio.
Esta obligación entró en vigor en 2010 y actualmente en Cataluña la norma de aplicación al respecto es el Decreto 67/2015, de 5 de mayo, para el fomento del deber de conservación, mantenimiento y rehabilitación de los edificios de viviendas mediante las inspecciones técnicas y el libro del edificio.
Evaluación e informe
El técnico realizará una inspección visual del edificio, tanto de las zonas privativas como de las comunes (fachadas, cubiertas, patios, escalera, instalaciones).
En su visita al inmueble, revisará su estado de conservación, observará las posibles deficiencias aparentes constructivas o funcionales, que puedan afectar a los elementos comunes y, en caso de detectar indicios de alguna patología de importancia, indicará en su informe la necesidad de hacer un estudio al respecto.
Esta inspección en ningún caso tiene por objeto detectar vicios ocultos.
El informe incluirá:
- La descripción del edificio, emplazamiento, croquis y fotografías de elementos comunes.
- La definición de los tipos de cimientos, estructura, cerramientos, cubiertas e instalaciones.
- La calificación de las deficiencias detectadas.
- La evaluación de las condiciones básicas de accesibilidad.
- Recomendaciones técnicas para la mejora de la sostenibilidad del edificio.
- El resumen del estado de conservación y la valoración final.
Resultado de la ITE
En el informe de la ITE se describe el estado actual del edificio, los posibles defectos que se hayan podido observar, calificados según su importancia, y los plazos que la normativa establece para repararlos.
Si, tras la inspección técnica, se verifica que el edificio analizado se encuentra en buen estado y que reúne las condiciones requeridas por la norma, la ITE será aprobada. El Certificado de Aptitud tendrá una vigencia de 10 años.
Las deficiencias encontradas en la inspección se clasifican en categorías:
- Leves (Certificado de Aptitud. Validez de 10 años). Son aquéllas que necesitan un mantenimiento preventivo o corrector para evitar su agravamiento o la aparición de nuevas deficiencias.
- Importantes (Certificado de Apto Provisional. Validez de 6 años, revisable cada 6 meses). Estas deficiencias no representan un riesgo inminente para la estabilidad del edificio o la seguridad de las personas, pero afectan a la salubridad y a la funcionalidad, por lo que precisan de una intervención correctora.
- Graves (Apto Cautelar, una vez tomadas las medidas cautelares. Validez 3 años cautelar, con revisiones cada 12 meses). Representan un riesgo de estabilidad y seguridad de algunos elementos del edificio o problemas de salubridad. Estas deficiencias requieren de la adopción de medidas cautelares antes de la ejecución de las obras para subsanarlas.
- Muy graves. Suponen un riesgo inminente y generalizado para la estabilidad del edificio y la seguridad de las personas. Requieren de una intervención urgente.
En caso de deficiencias graves o muy graves, el técnico tiene obligación de informar, tanto a la propiedad como al Ayuntamiento, de la situación de riesgo inminente, de su propuesta de medidas cautelares urgentes y del plazo orientativo necesario para corregir las deficiencias.
El hecho de que la propiedad de un edificio obligado a pasar por esta inspección no la haya realizado puede generar consecuencias como multas, denegación de hipotecas o la paralización de la compraventa del inmueble.
En GuinotPrunera sabemos que la vivienda es la principal inversión de las familias, por eso queremos contribuir a preservar su valor, asegurando el mantenimiento de la finca y el correcto funcionamiento de todos sus servicios.
Ofrecemos una administración a medida de cada comunidad, asegurando el cumplimiento de la normativa vigente y la conservación de los diferentes elementos y servicios del inmueble.