El uso que hacemos de los electrodomésticos y su eficiencia energética influyen directamente en nuestra factura. El 44% de la factura de la luz es debido al consumo eléctrico de los electrodomésticos de nuestra vivienda.
Cómo se calcula el gasto energético
Para saber el consumo de un electrodoméstico debemos aplicar la siguiente fórmula:
Energía consumida = Potencia eléctrica x Tiempo de utilización
Debemos tener en consideración el consumo de los electrodomésticos cuando están en standby.
Los 8 electrodomésticos que más consumen
Frigorífico: Representa aproximadamente un 20% del consumo total, pero no porque no sea eficiente, sino porque no se puede apagar. La conservación de alimentos y bebidas, nos obliga a tenerlo encendido las 24 horas del día por lo que es importante prestar mucha atención a la etiqueta energética.
Un frigorífico de bajo consumo nos permitirá un ahorro importante en la factura de la luz. Una nevera de alta eficiencia puede llegar a consumir 200 kWh anuales menos.
Lavadora: Es uno de los electrodomésticos de más consumo, entre 1.200 y 1.500 kWh y supone el 12% de todos los electrodomésticos.
Lavar en frío o esperar que esté completamente llena, son algunos consejos que podemos seguir para ahorrar. El 80% del gasto energético proviene del calentamiento del agua, así que lavando a baja temperatura produce un ahorro importante.
Secadora: En términos absolutos es el electrodoméstico que más consume, entre 4.000 y 5.000 kWh. Más o menos cuatro veces más que una lavadora. Para reducir su consumo, es recomendable centrifugar la ropa primero.
Televisor: Este electrodoméstico es el epicentro de la gran mayoría de hogares. Aunque el consumo total es bajo, es uno de los que más tenemos encendidos. Según varios estudios, 4 horas al día más todas las horas que lo tenemos en standby.
La tecnología LED consume un 25% que las LCD y hasta un 40% menos que las pantallas de plasma. Para reducir el gasto, es recomendable apagarlo del todo o desenchufarlo cuando no lo estemos usando.
Horno: Gracias a la aparición del microondas su uso ha disminuido, aunque se mantiene como un electrodoméstico imprescindible de cualquier cocina.
En el mercado encontramos modelos muy eficientes, y el gran truco para ahorrar es aprovechar el calor acumulado para los últimos minutos de la cocción. De esta forma lo podemos apagar completamente, aunque falten cinco minutos.
Vitrocerámica: Es el segundo electrodoméstico que más consume, 2.200 kWh el doble que un frigorífico. Apostar por una placa de inducción puede suponernos un ahorro del 40% respecto a la vitro tradicional.
Lavavajillas: Se trata de uno de los electrodomésticos más eficientes de cualquier vivienda. Utilizarlo en su máxima capacidad y usar los programas ECO nos permitirá ahorrar agua y energía. Según datos de la OCU, utilizando el lavavajillas gastamos 30 litros de agua menos que lavando a mano.
Microondas: Aunque consume aproximadamente igual que un horno, al calentar más rápido es más eficiente.
Con estos datos, seguro que podemos revisar nuestros hábitos e intentar reducir el consumo eléctrico que hacemos de nuestros electrodomésticos. El planeta y nuestro bolsillo lo agradecerán.